Boletines
El bolero como símbolo de unión entre dos culturas
Por Teresa Cruz
Ciudad de México, 23 de febrero de 2025.- El bolero sigue vigente en nuestros días de manera indudable, pues resalta el romanticismo, la melancolía y la nostalgia; las generaciones jóvenes se identifican y disfrutan del característico ritmo lento que posee. La exposición del libro Arqueología del bolero busca compartir la belleza detrás del género y comprender la increíble historia de su origen.
Escrito por María Guadalupe Meza López, el material explora su impacto histórico, social y cultural desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, y se incluyen anécdotas y testimonios de figuras como César Portillo de la Luz, Armando Manzanero y Luis Demetrio Traconis, los cuales aportan de forma muy rica al contenido. “La primera línea de investigación con la que se planteó este libro es la suma del análisis del estudio del bolero” subrayó la autora.
Eduardo Matos Moctezuma narró con mucho entusiasmo el nacimiento de este sonido. “El capítulo uno está dedicado al primer bolero registrado por José Pepe Sánchez, proveniente de Santiago de Cuba, y lo llamó Tristezas. Esto sucedió a finales del siglo XIX. Entre 1920 y 1960 sería una época que se tornaría paradigmática para los cubanos: de Cuba a México y de México hacia Cuba, un intercambio de arte y cultura. Nuestro país se convertiría en el máximo exponente del bolero. El creador del primer bolero mexicano fue el genio musical Felipe Rosario Goyco al que llamó ‘Madrigal’”.
No es casualidad que en Santiago de Cuba haya nacido el primer bolero y posteriormente el primer bolero mexicano, pues Goyco tuvo raíces cubanas; en esos treinta años de diferencia entre Tristezas y Madrigal ocurren una serie de eventos que llevarían a cabo su surgimiento.
Pareciera que el bolero ha pasado de moda o que solo es escuchado por nuestros abuelos. Sin embargo, se ha modernizado con artistas pop, urbanos y del regional mexicano; tal es el caso del puertorriqueño Mike Towers, cantante y compositor de reguetón y trap latino, quién el año pasado publicó su álbum La vida es una cuyo contenido tiene varias canciones de amor con elementos de bolero. El tema Mi droga empieza con guitarras típicas de esta categoría musical y mantiene parte de la base rítmica. El artista comentó: “¿se le puede llamar un bolero? Depende de quién lo escuche. Para mí no tiene sentido querer ponerle un nombre al arte. Nosotros vamos agarrando elementos e inspiración de las cosas que nos mueven”.
Son numerosos los cantantes y compositores que utilizan las bases del género para implantarlas en su arte: Mario Bautista, Los Tigres del Norte, Milo J, entre muchos otros. La autora mantiene la tesis de que el bolero es intergeneracional por lo cual está abierto a todo público en busca de ritmos y letras que abracen el nostálgico tempo de esta categoría musical.
El bolero funciona como puente de dos mundos con culturas y tradiciones muy diferentes, pero unidas gracias a la construcción y evolución del mismo: Cuba como cuna y México como principal exponente.