Los deportes electrónicos en el marco de la propiedad intelectual

Por Emiliano García

Ciudad de México, 27 de noviembre de 2025.- Emilio Román Zavaleda presentó su obra Los deportes electrónicos en el marco de la propiedad intelectual, un análisis muy digerible para aprender acerca de una materia cuya relevancia va en aumento.

Zavaleda mencionó que el creciente fenómeno social de los deportes electrónicos o eSports obliga a cuestionar la manera en que la propiedad intelectual interfiere en esta industria. Al conformarse como una nueva forma de trabajo, se realizan torneos que involucran grandes cantidades de dinero, y los gamers tienen un carácter de intérpretes que monetizan a raíz del contenido subido a redes sociales. El autor consideró interesante el hecho de que haya personas que ni siquiera consumen un videojuego por preferir el contenido generado por alguien más referente a dicho juego.

El autor comentó que un detonante para el crecimiento exponencial de los eSports fue la pandemia de COVID-19, donde el encierro creó la necesidad de concurrir con personas y los videojuegos fueron uno de los pocos medios para tener interacción con los demás, y ahora se ha vuelto un estilo de vida; los eSports generaron alrededor de 2,800 millones de dólares y más de 500 mil gamers inmersos en el lapso de 2024. Con esos números, el alcance de expresiones creativas es muy amplio, y el autor puso de ejemplo Grand Theft Hamlet.

Referente al asunto jurídico, se mencionó que los derechos de propiedad intelectual son fundamentales, y Zavala mencionó la importancia de la regulación del derecho para acotar tendencias, afirmando que éste regula todo.

Hablaron del derecho de arena, que consiste en proteger a deportistas de la difusión de su imagen sin autorización. Usaron de ejemplo la demanda del ex-jugador de fútbol Alan al videojuego FIFA por el uso indebido de su nombre e imágen en el título, alegando que las desarrolladoras de videojuegos necesitan ser remuneradas. 

Destaca el derecho de propiedad intelectual, para visibilizar y catalogar contratos, ya que de acuerdo con el autor, el desconocimiento hace que se traten los derechos de manera uniforme, cuando no debería ser así.