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DEVASTACIÓN. CORPORACIONES Y MEGAPROYECTOS EN EL MÉXICO DEL SIGLO XXI
Por Kristal Angelino
Ciudad de México, 23 de febrero de 2025.- El Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Bajo Tierra Ediciones presentaron el libro Devastación. Corporaciones y megaproyectos en el México del siglo XXI, coordinado por Ana Esther Ceceña Martorella y Raúl Ornelas Bernal, con la participación de Pedro Moctezuma Barragán y la moderación de Daniel Inclán Solís. La obra aborda el papel de las corporaciones en la transformación del territorio mexicano y las consecuencias socioambientales de los megaproyectos impulsados en las últimas décadas.
“Es difícil hablar en México de los megaproyectos, pero es importante verlos como un paquete de proyectos que pueden llevar grandes infraestructuras que salen para hacer carreteras, puentes y otras construcciones”, comentó Daniel Solís, quien destacó el crecimiento exponencial de los megaproyectos en México que fomentan la interconexión y el desarrollo económico.
Sin embargo, los ponentes enfatizaron que estos proyectos suelen beneficiar a corporaciones trasnacionales, dejando graves impactos en el medio ambiente y las comunidades locales. “Como el caso de Mitikah en Xoco, y proyectos fallidos como la presa La Parota”, ejemplifica Solís los efectos destructivos de estas iniciativas.
EL DINERO NO SE QUEDA AQUÍ
Uno de los defectos es que, aunque muchos de estos megaproyectos tengan intenciones de atraer turistas a México y generar dinero, estas corporaciones no son en su mayoría nacionales, sino trasnacionales (extranjeras), como las cadenas de hotel instaladas en las costas y que invierten su dinero en estas infraestructuras para explotar territorios mexicanos e irse con las bolsas llenas de dinero, dejando poco retorno de inversión en México.
ALIMENTACIONES DESTRUCTIVAS
Para Ornelas, “la alimentación está elaborada por las corporaciones que tienen marcas capitalistas que participan masivamente en la contaminación y la destrucción de la materia”, haciendo alusión a que son pocas las empresas que crean alimentos de manera natural.
El académico comentó que la solución a la destrucción capitalista del ambiente recae en la regulación de las operaciones (aunque existan investigaciones que señalan que hay leyes que benefician a las corporaciones). Sin embargo, el consumo al menor precio es la prioridad en las corporaciones: "Lo que importa es que la producción sea más barata que el competidor", señaló Ornelas.
Una de las conclusiones a las que llega Devastación es que las corporaciones no representan la solución a los problemas económicos del país, sino que son parte del problema. De acuerdo con Raúl, los Estados, en sus tres niveles de gobierno, no han logrado frenar la expansión corporativa ni la apropiación de los espacios comunitarios. Enfatizó que la producción capitalista no considera los efectos a largo plazo.
“NOS DEJAN LA BASURA”
Ceceña Martorella abordó la devastación ambiental generada por los megaproyectos, como el Tren Maya. Explicó que la construcción de este tren ha fragmentado ecosistemas vitales, interrumpiendo la movilidad de especies y desplazando a comunidades originarias. "No se pusieron en la orilla, se pusieron en medio", afirmó, en referencia a que el tren interrumpiera la armonía de la selva partiéndola en dos.
Además, destacó que la expansión del turismo masivo no deja beneficios significativos en México, ya que la mayor parte de las ganancias terminan en manos de corporaciones extranjeras. "Nos dejan la basura", puntualizó.
Los tres autores comentaron sobre el contenido del libro y fue la académica, Ana Esther Ceceña, quien invitó al público a la necesidad de repensar el desarrollo económico y las políticas públicas para evitar la desintegración no sólo de comunidades, también de ambientes naturales como la selva, la fauna y los cenotes. Es decir, un llamado a la acción contra el impacto del capitalismo global en el territorio mexicano.