“Mi mayor venganza será que todos seamos felices”.

Por Teresa Cruz

• Kenya Cuevas, activista y defensora de los derechos humanos, presentó su libro La casa de las muñecas en la 46° FIL Minería.

Ciudad de México, 28 de febrero de 2025.- “Kenya nació libre y eligió ser libre; eligió ser libre cuando se salió de su casa a los nueve años, eligió ser libre ayudando a personas con VIH. Eligió ser libre con su activismo”. Fueron las palabras de Carlos Azeem, moderador y admirador de Cuevas, quien dio una pequeña introducción cargada de fascinación hacia la ponente. La sala Filomeno Mata estuvo llena de ansiosos seguidores de la activista, quienes escucharon con fervor el discurso de Kenya Cuevas sobre su nuevo libro La casa de las muñecas.

La autora creó la casa-hogar Casa de las muñecas en 2018, reconocida como “Una asociación civil transfeminista" que trabaja por el reconocimiento y la defensa de los derechos humanos de las personas LGBTQ+. “Tejemos redes, acompañamos, generamos vínculos institucionales y damos atención integral a partir de cinco programas nacionales de ayuda y fortalecimiento”. La institución cuenta con una página web con el mismo nombre, donde todos, todas y todes pueden ingresar y conocer un poco más sobre la asociación.

Cuevas compartió las enseñanzas adquiridas a lo largo de su compleja vida. Una de ellas fue sobre la búsqueda de la felicidad, el arduo camino que ha recorrido y que dio como resultado la existencia de una persona con ideales en alto, quien ayuda y dedica su tiempo a otros; “Mi mayor venganza será que todos seamos felices”, expresó.

Cuevas es la única persona que, dentro del activismo, integró la figura jurídica de “familia social”, en la cual se permite a las personas sin parentesco reclamar el cuerpo de las víctimas. Azeem comentó: “como familia indirecta, reclamar los derechos para darles ese trato digno hasta el último día de su existencia, pero, si nos basamos no en el  sentido jurídico sino humano, en el propio nombre de familia social se encuentra ese amor, protección y guía que no se puede encontrar en la familia sanguínea”

Azeem le preguntó a la activista acerca de cómo se llegó a este logro, a lo que  Cuevas respondió: “En primer lugar, fue la indignación generada cuando mataron a   Paola Buenrostro, todo mundo sabe que no me querían entregar el cuerpo, y me clasificaron como curiosa del lugar, algo inexistente jurídicamente, y por ello argumentaron que no me podían dar una carpeta de investigación. En segundo lugar, como no era familiar directo de Paola pues tampoco tenía nada en jurisdicción, entonces no me querían dar nada de información. Llegué a amenazar al fiscal, le dije que si no me entregaba a Paola traería a 500 trabajadoras sexuales y le haría un desmadre en Insurgentes, y solo así me lo cedió”.

El libro es un proyecto que inició con un repertorio de investigación; la activista explicó: “Es importante dejar este mensaje, y la motivación me la dió la propia editorial, yo andaba muy dispersa sobre libros, series, crear mi propia marca. Yo decía, ¿Pa qué? Entonces me fueron convenciendo varios autores, me costó mucho trabajo, pero se logró y después firmé contrato con la editorial. [...] La verdad quedé muy satisfecha, creo que se plasma todo lo que yo he construido y también esos mensajes sobre las infancias trans. Quiero dar esa imagen de que esa niña trans nunca estuvo sola y ahora la estoy acompañando, la estoy arropando y le estoy enseñando. Es una forma de decirle que lo logramos y somos personas dignas de ser”. La sesión finalizó con una intensa ronda de aplausos.